La exposición al ruido es una preocupación creciente en la sociedad moderna. Los niños y adolescentes son especialmente vulnerables porque su sistema auditivo aún se encuentra en desarrollo. Una exposición prolongada a niveles de sonido elevados puede provocar daños permanentes en el oído interno y disminuir la capacidad auditiva. Es importante, por tanto, tomar medidas para prevenir las lesiones auditivas en este grupo de población.
El ruido se define como cualquier sonido no deseado o molesto. Puede ser continuo, como el ruido de fondo de una calle transitada, o intermitente, como el sonido de una sierra eléctrica. El ruido puede afectar a nuestro cuerpo de diferentes maneras, incluyendo el sistema auditivo.
El oído está diseñado para captar y procesar los sonidos, pero cuando se expone a niveles excesivos de ruido, puede sufrir daños irreversibles. El ruido fuerte puede provocar la pérdida temporal o permanente de la audición, tinnitus (zumbido en los oídos), hipersensibilidad al sonido y otros síntomas relacionados con el oído. Los daños a los oídos suelen ser acumulativos, lo que significa que pueden pasar desapercibidos durante años antes de que se manifiesten los síntomas.
Una de las formas más efectivas de prevenir lesiones auditivas es enseñar a los niños y adolescentes sobre los efectos del ruido en el oído. Los padres y los educadores pueden hacer hincapié en la importancia de bajar el volumen de la música y de los dispositivos electrónicos, así como de tomar descansos regulares de lugares ruidosos para permitir que el oído descanse. Los niños y adolescentes deben comprender que las lesiones auditivas son irreversibles y que pueden afectar su calidad de vida a largo plazo.
En situaciones en las que los niños y adolescentes pueden estar expuestos a niveles elevados de ruido, como conciertos, eventos deportivos y clubes nocturnos, la protección auditiva es esencial. Existen tapones para los oídos específicamente diseñados para reducir el ruido sin bloquear completamente el sonido ambiente. Las copas de protección auditiva son otro método de defensa eficaz y se recomiendan en situaciones donde el nivel de ruido es particularmente elevado.
Los padres y educadores pueden tomar medidas para controlar el ambiente sonoro en los hogares y en las escuelas. Las cortinas y las alfombras pueden ayudar a absorber el sonido y a reducir la reverberación en las habitaciones. Los dispositivos electrónicos, como televisores, radios y consolas de juegos, deben situarse a una distancia segura y a un volumen moderado. También se pueden buscar espacios tranquilos para que los niños y adolescentes hagan sus tareas escolares y para que descansen en casa.
Los lugares públicos suelen ser el hogar de niveles de ruido elevados. Las autoridades pueden ayudar a reducir el ruido ambiental a través de la aplicación de normativas que limiten el nivel de ruido en lugares públicos como estadios de deportes, clubes nocturnos y festivales al aire libre. También pueden promover campañas de concienciación sobre los efectos del ruido en el oído y fomentar el uso de tapones para los oídos y de otro tipo de protección auditiva.
La prevención de lesiones auditivas por exposición al ruido en niños y adolescentes es fundamental para proteger su audición y su salud en general. La educación sobre el ruido, la protección auditiva, el control del ambiente sonoro y el control de la exposición al ruido en lugares públicos son algunas de las estrategias que pueden ayudar a reducir los riesgos de daños auditivos. Es importante que todos los miembros de la sociedad tomen medidas para proteger su audición y la de los demás, especialmente los grupos de población más vulnerables como los niños y adolescentes.